Ahora estoy arriba de mi casa con un rifle

28 agosto, 2020

Todo pasó muy rápido. Este techo de mierda. No me puedo apoyar en ningún lado. Las hojas que se acumularon y que no saqué se me cagan de risa. Boluda, tenés un rifle y capaz que te mata la vagancia doméstica. Muerte por resbalo va a decir el informe.

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El tema es que ahora estoy acá. Y sí, otra no me quedaba. Era lo lógico, cargar un arma y subirme al único lugar del cual no puedo salir. Pero qué iba a hacer. Un puto apocalipsis zombie, y no pude ni hacer una story para la posteridad.

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Escuché corridas. Fueron fuertes, porque el noticiero de la vieja de al lado estaba fuerte. Repetía en loop el mismo titular. Alerta a la población: permanezcan en sus casas. Ni pelota la verdad. Después de 120 días la percepción del riesgo cayó en picada. Y si es el mismo mensaje, y no usan la palabra apocalipsis yo no interrumpo el sueño. Pero después escuchamos autos, bocinas. Hubo un choque en la esquina. Un tipo gritó. Y un nene gritó más fuerte. Y Gaby prendió la tele. Y el celular explotó de mensajes. Entraban tan rápido que no llegaba a abrirlos. Y después se fue la luz. Manoteamos una manta, una linterna, a Chela y el remington. Menos mal que sé tirar. Los dividendos del origen rural. Y ahora estamos acá. Con vista panorámica del fin. Arriba de mi casa con un rifle.

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