amor debe ser
-seguro-
dejarte el cacho de carne más grande
todas las veces
los «andá»
& «estudiá, dale»
la enésima vez
de bajar la escalera
para buscar una botella / cuando había otra
que no ví
porque ante todo ciega
querer que comas
porque generalmente te olvidás
y cuando está la comida
querer que yo coma
todas las pesadillas / Neptuno en 8
y el titubeo anterior
si se puso la alarma
querer ser amiga de tu perro
y que te preocupe el gato – a veces
demasiado
si tomé la medicación
agua
y la cara cuando se termina el poema
el pucho afuera
y el pucho adentro
la improvisación de los ceniceros
del frío
de taparse
del verano y navidad
reírse fuerte
por cosas que no le diríamos a nadie más (creo)
como cuando el cielo dice que ya nos conocíamos
algunas noches estoy segura
no por tu memoria de pez
ni porque tampoco sé qué te conté
sino porque no hay nada que explicarte
nada que explicarme
generalmente con el resto esa era mi maldición / por eso escribo
te escribo porque te adoro
cuando querés que me quede
más todavía
& ni te importa
el tironeo de la mano
inconsciente
cuando trato de dormir un rato más
pero de tu lado del colchón
y el rato más que me dejás dormir
cuando activás
y todos esos otros
en los que estamos despiertos
y miramos al otro
roncar – te dije que me muevas
que me avises
pero realmente no te jode
el bardo
que te hago en esos 50 cm de piso
entre la cama y la mesa
que sé que para vos es un montón
pero lo mismo a veces ahí se queda un rato largo
cuando me apretás la nariz con un dedo
por ahí un cachete
para que me sonría
porque a vos te muestro todos los dientes
-me había olvidado de cómo se hacía-
por lo menos hasta que me quejo
de los lunes
que me cuestan / x2
cuando falta mucho
algún pie / pierna / mano / brazo
en medio de la peli
asegurarte de que no me duerma
porque después me enojo
las dos lunas llenas
que sobrevivimos, smooth
todos los cafés
que por alguna razón sabés hacerme sin que te haga dicho cómo
(aplicable a todo)
de que el afuera nos corte el mambo
todos los «siempre», los «nunca» y los «todo»
lo que se parece a droga
porque se parece a la felicidad
entonces digo, en realidad
que me hacés bien
entonces te digo que te quiero
que me alegra haberte conocido
porque antes estaba un poco muerta por dentro
porque las últimas cicatrices
estaban tomando todo de mí
al menos hace un tiempo
-decís que vos también-
todos los abrazos
y los «porfa, dame un abrazo»
amor es ese gatito
de las madrugadas
que no es de nadie
que nos gustaría vuelva
que a veces esperamos
la fantasía
de apenas
domesticarlo
de a ratos
que se deje acariciar
que si quiere se vaya de nuevo
pero que cada tanto/
es esta misma taza
te levantaste a hacerme
que generalmente siento no me merezco
como cuando decís «quiero todo con vos»
pero me voy curando de esas cosas / y la paciencia.

Autodidacta. De ningún lugar realmente, pero partida en tres. Cabecilla de este bardo. La vida se me prende fuego, yo le tiro bencina.
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